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VIVO V50 5G: una grata sorpresa en un mercado saturado

Reconozco que antes de probarlo no esperaba gran cosa. En un mercado repleto de móviles de gama media que se parecen demasiado entre sí, el VIVO V50 5G me ha descolocado para bien. Y no solo por sus cifras sobre el papel, que son notables, sino por lo bien que se siente al usarlo. A veces, más allá del procesador o la cámara, lo que cuenta es cómo responde el dispositivo a tu día a día. Este, lo hace con nota.

Llevo años probando móviles, y cada vez soy más escéptico con las fichas técnicas. Me interesa más cómo gestiona la multitarea cuando llevas horas usándolo, cómo suena una nota de voz en altavoz o si el lector de huellas es o no un suplicio. El VIVO V50 5G no busca impresionar con artificios, sino con sensaciones. Y eso le funciona.

Diseño cuidado con un aire de gama alta

Lo primero que notas es lo fino y bien rematado que está. No se siente plástico, sino unibody metálico bien ensamblado. La trasera es mate, elegante, y el módulo de cámaras no sobresale tanto como en otros modelos. Pero lo que más me ha gustado es que, pese a sus 199 gramos, no resulta pesado. Se equilibra bien en la mano, y eso lo hace cómodo durante horas.

La pantalla AMOLED de 6,77 pulgadas es una gozada. No por tener más brillo que la competencia, que lo tiene (hasta 4.500 nits), sino porque se ve con claridad bajo el sol y no has de forzar la vista. Los 120 Hz ayudan a esa fluidez que uno empieza a echar de menos cuando prueba pantallas de 60 Hz. ¿Es la mejor del mercado? No. ¿Te deja con ganas de más? Tampoco.

Rápido sin alardes, y eso es bueno

Lleva un procesador Snapdragon 7 Gen 3 y 12 GB de RAM, que pueden ampliarse virtualmente a 24 GB. Dicho así suena potente, y lo es, pero lo que importa es que todo fluye. No hay tirones, las apps se abren al instante, y no he notado calentamientos extraños ni siquiera grabando vídeo en 4K. Vivo ha hecho un buen trabajo afinando el sistema (Android 14 con Funtouch OS 14), que además está limpio de bloatware.

La experiencia del día a día es excelente. Redes sociales, vídeos, algo de edición fotográfica, consultas rápidas, tareas de trabajo… Nada le pilla por sorpresa. Si no eres gamer empedernido, no echarás en falta más potencia.

La cámara es su sorpresa más grata

A estas alturas no esperaba que un móvil de ese precio me sorprendiera con su cámara. Pero el sensor principal de 50 MP firmado por ZEISS da mucho juego. Las fotos de día tienen detalle, buen rango dinámico y colores realistas. Pero donde más me ha gustado ha sido de noche: activa la estabilización OIS, y consigue mantener nitidez sin meter ruido. Eso, en esta gama, es casi un milagro.

La ultra gran angular también es de 50 MP, algo poco habitual y muy bienvenido. Y la cámara selfie, también de 50 MP, es perfecta para los que buscan calidad en videollamadas o redes sociales. No es una cámara testimonial: da resultados reales.

Batería que no te da miedo usar

Otro punto que me ha convencido es la autonomía. Con 6.000 mAh puedes olvidarte del cargador durante casi dos días. Pero lo mejor es que no te obliga a andar pendiente: puedes usar el GPS, ver vídeos, escuchar música por Bluetooth y seguir teniendo energía al final del día. Y si necesitas recargar, sus 90 W de carga rápida son un lujo. En apenas 15 minutos ya tienes más del 50%. Y eso, para los que salimos con prisa, marca la diferencia.

Un móvil que transmite confianza

El VIVO V50 5G no busca ser el mejor en todo. Busca que lo uses sin preocuparte, que no tengas que pensar si te quedará sin espacio, ya que tiene 512 GB, si llegarás al final del día o si la foto saldrá movida. Y eso, en mi opinión, es lo que distingue a los buenos móviles: los que no te fallan.

Por 599 euros, que se quedan en 569 aplicando el descuento de Amazon, me parece una compra acertada. No solo por especificaciones, sino por sensaciones. Y en un sector donde cada vez todo se parece más, eso vale mucho.

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